PostHeaderIcon Las consecuencias psicológicas del paro: consejos y ayuda

El desempleo y sus consecuencias psicológicas es un tema con el que nos encontramos cada vez con más frecuencia, más del 20% de los ciudadanos en edad de trabajar está en el paro y es el dato numérico de multitud de temas familiares y personales. Dramas que comienzan con el impago de deudas, de hipotecas de la vivienda donde se vive, de esa casa que ha costado tanto esfuerzo ir comprando, dificultades no solo para realizar actividades más o menos habituales, sino también para satisfacer necesidades básicas. No solo se trabaja para ganarse la vida, sino para lograr el desarrollo personal, perder el empleo es demoledor, aunque los recursos económicos estén asegurados.

Hay varias cuestiones que una persona parada va viviendo a lo largo de este tiempo en el que se encuentra desempleado que lo puede llevar a arrinconarse y no trabajar para encontrar trabajo.

El primer gran impacto del desempleo es el padecimiento del llamado “síndrome de la invisibilidad”. La persona siente que no le ven. Es una vivencia interior muy paralizante. En esta sociedad, a pesar de la crisis, solo cuenta la productividad, el parecer o el tener.

Oficina de empleo

Oficina de empleo

Cada vez hay más personas desempleadas y aquejadas por un profundo malestar psicológico, con una importante sensación de impotencia e indefensión, con el agravante de que muchas no se atreven a pedir ayuda por vergüenza o por orgullo. El trabajo es una fuente muy importante de bienestar psicológico y social, que se constata cuando se pierde.

Empiezas a contar en el mundo cuando entras en la vida laboral. Cuando una persona logra formar parte del mundo laboral, accede a un nuevo estatus y a una nueva identidad social. El desempleo interrumpe este proceso y se convierte en una sensación de derrota y fracaso.

Cuando  uno se queda sin trabajo, lo normal es experimentar todos los sentimientos negativos, es bueno no reprimirlos y dejarlos salir, pero no más tiempo de lo necesario, conviene ser realista y no dramatizar, no enfocar con pesimismo. Con una actitud positiva y planificando bien las finanzas es posible enfrentarse al problema sin perder la dignidad.

Lo más importante es no perder o recuperar la situación de control que se ha perdido.

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