Superar el afán de perfeccionismo
Cómo adaptarnos mejor a las exigencias para ser más felices. Trabajadoras incansables, perfecta ama de casa, madre modelo….Si te pides tanto que ya nada te parece suficiente, es que ha llegado el momento de levantar el pie del acelerador y bajar el listón de tus expectativas.
Lejos de conducirnos al éxito o a la superación personal, el perfeccionismo nos sobrecarga con exigencias inútiles y esfuerzos sin recompensa. Lo que las personas perfeccionistas no saben es que ese deseo por conseguir metas cada vez más inalcanzables es una fuente de insatisfacción. Aceptarnos tal y como somos, con nuestras virtudes y defectos, es la clave para disfrutar de una vida más relajada y plena.
Deberíamos renunciar a la ambición de vivir una vida perfecta, no solo porque cometer errores es de humanos, sino porque quienes se aceptan incondicionalmente están más sanos y viven más años. Y es que según los expertos las personas muy exigentes sufren más problemas digestivos, como ardores, colon irritable, cefalea, fatiga crónica, insomnio y desordenes alimenticios como la anorexia, entre otros problemas de salud. Y por si no bastara, el exceso de autocrítica debilita las defensas.
Tras esta pequeña exposición en sus distintas manifestaciones y sus consecuencias concluimos que entre el nacimiento, desarrollo y aprendizaje de la persona, así como su situación social son todos ellos junto con la capacidad de su propio conocimiento y autocontrol (conocer tus limites haciendo caso a las luces rojas que se encienden, avisándote), con expectativas reales, difícilmente serás astronauta si no superas el miedo al espacio. Aprender a ser más flexible te hará ver las cosas desde distintos puntos de vista y su importancia, hay que saber priorizar
Las equivocaciones, no son un impedimento para seguir adelante, son oportunidades para aprender, hay que aprender a encajar una frustración, como una conquista para ir aprendiendo.